Descripción del caso:
Paciente masculino de 28 años de edad, con antecedentes de fractura mandibular post traumatismo. En la radiografía panorámica se observan dos trazos de fractura radiolúcidos, uno que se extiende desde el ángulo mandibular izquierdo, se bifurca y se dirige a la corona del elemento 3.8, el cual se encuentra en retención submucosa en posición horizontal, y el otro en la zona parasinfisiaria a nivel de la pieza 3.3, existe compromiso del borde basal mandibular. Se observa la presencia de placa y tornillos en relación a la solución de continuidad del ángulo mandibular izquierdo.
La causa más común de una fractura del maxilar inferior es un traumatismo a nivel del macizo cráneo-facial que puede deberse a un accidente automovilístico, recreativo, deportivo, producto de una agresión física, entre otras. En más del 50% de los casos, la mandíbula se fractura al menos en dos lugares.
Estas fracturas pueden ser directas, donde la mandíbula recibió el impacto, e indirectas, en cualquier otro lugar del tejido óseo; más a menudo, esta segunda fractura se encuentra cerca de la articulación mandibular y ocurre cuando la fuerza del impacto se propaga a lo largo de la mandíbula y rompe la parte relativamente final del hueso.
Existen varias razones que justifican la alta incidencia de las fracturas del ángulo mandibular: el cambio abrupto en la anatomía en dicha región, la presencia de los terceros molares impactados, el ser una zona menor en sección transversal y la consideración biomecánica del ángulo como un área de palanca mandibular.
Con respecto al tratamiento, se pueden emplear técnicas cerradas (no quirúrgicas) y abiertas (quirúrgicas). Los sitios de fractura se inmovilizan con fijación maxilo-mandibular u otros dispositivos externos o internos (placas y tornillos) para permitir la cicatrización ósea, como se ha realizado en el presente caso.